Para evitar que los espías copien sus fórmulas de fragancias, Estée creó un sistema de codificación elaborado para probar viales que, según ella, solo lo conocíamos "Joe, nuestros hijos y yo".
Los lotes de perfumes se completaban solo en un 95% y luego un miembro de la familia Lauder en persona los llevaba a la fábrica, antes de enviar las fragancias a los minoristas, para 'agregarles el 5% del componente secreto’ –el ingrediente sin el cual la fragancia no estaría completa", explicaría Estée. "El ingrediente final nunca se reveló a nuestras fábricas, proveedores de esencias ni a nadie", señaló. "Solo un Lauder sabe".